Ensayo de la bendición del Templo del Carmen de Tresguerras |
*Lo que pasa en Celaya, se debe al Conservatorio y a sus jóvenes*"Nuestro Tresguerras”, una recreación épica de un pasaje histórico*La obra, vista a través de sus creadores, directores y promotores
A. Pérez
Mañana se estrena la ópera “Nuestro Tresguerras”, hecho
histórico que encumbra a la ciudad en lo más alto de la creación artística y
cultural. Es de vanguardia.
Lo que pasa en Celaya no se ve en ninguna otra parte del
país. Todo ha sido posible por la existencia del Conservatorio de Música y
Artes de Celaya, que empieza a vivir sus mejores momentos, sumando la voluntad
de la sociedad y de las autoridades.
Protagonistas, actores, músicos, creadores, directores y
promotores del proyecto de la ópera, coinciden en conceder al destino la
conjunción de personajes y circunstancias históricas para que este hecho se
diera; hay un nuevo despertar cultural en la ciudad, exigido por la juventud,
ávida de nuevas formas de expresión y de un imperativo existencial de forjar su
futuro.
Sin embargo, no todo se debe al azar o a la aventura de
un lunático que se atrevió a soñar, desde el refugio de una vida clerical
tranquila, en una escuela de música para la formación de los jóvenes de Celaya.
Como él, cada persona involucrada tiene su propia historia, sus propios tiempos
y sus propias ilusiones, pero el compás de la aventura hizo que armonizaran
para dar vida a personajes de la historia, en una ópera que significará a
Celaya por ser la primera y por rendir un homenaje a un ilustre de esta tierra.
EXPERIENCIAS Y VIVENCIAS TRAS LA ÓPERA
Protagonistas del proyecto y de la ópera a Tresguerras |
Cuenta Guillermo Diego, compositor mexicano de música de
concierto, que lo que pasa en Celaya, no pasa en otra parte de México. Les
explicaba a sus interlocutores de la capital del país que, esto es posible,
porque aquí existe un Conservatorio de música de alto nivel profesional. “Y a
la juventud de sus estudiantes”, destaca Cecy Zárate. A esta expresión siguió
un “pavoneo vanidoso” de dos los integrantes del Conservatorio que estaban en
la plática. “De las escuelas de música del país, en este momento, sólo dos o
tres superan a la de Celaya, la de México y la de Xalapa, principalmente,
reconoció el padre Alejandro Montes. Dando la última pincelada al cuadro,
Gustavo Rébora aseveró que el Conservatorio pasa por un buen momento, por su
apertura a la sociedad.
![]() |
Jesús Palato en el papel de Tresguerras |
Esto explica, en parte, el nacimiento de la primera ópera
“Nuestro Tresguerras”, creada, compuesta y producida en Celaya. Es una ópera
hecha a la medida de algunos de los actores, explica la directora general de la
obra, Aurora Cárdenas:
“El compositor Guillermo Diego venía al Conservatorio,
escuchaba el timbre de voz de cada actor y así le ponía música a lo que iban a
cantar y a actuar. Es un traje a la medida para los personajes más importantes,
como Tresguerras, personificado por el tenor Jesús Palato; Albino García, por
el tenor Fabián Rodríguez; Hidalgo, por el barítono Jorge Rubalcaba; Allende,
por el barítono Rafael Velázquez; y la mamá de Albino García, por la soprano
Nery Ramírez”.
El libreto se tuvo que corregir en algunas de sus partes
durante los ensayos, de acuerdo con su autor Gustavo Rébora, ya sea para
ajustarlo al intérprete o a diversas circunstancias de actuación.
El libreto surgió de una selectiva investigación de Gustavo
Rébora sobre hechos no documentados, pero conocidos o poco conocidos, de los
personajes que intervienen en la trama, para ajustarse a la realidad, aunque en
la recreación de algunos pasajes lleva su dosis de ficción. A esta
investigación contribuyó, de manera especial, el director del Museo de Celaya,
Rafael Soldara.
El compositor, también se tuvo que adaptar a la idea del
autor, como lo narra el mismo Guillermo Diego: “Una vez llegó Gustavo y me
dijo: quiero una música vibrante, que motive, para este himno”. Se trata del
“Himno a la Libertad”.
Le llevó días, ensayo tras ensayo, desechando varios
papeles. En una ocasión salió de viaje al norte del país, iban manejando por la
carretera de San Luis Potosí, ahí por Matehuala le vino la inspiración, se
orilló en aquel camino, sacó su libreta y escribió las primeras notas del himno
que hoy se escucha vibrante, motivador y hace que se enchine la piel.
![]() |
Javier Ríos y Héctor Miranda |
Para buscar a los personajes que representarán a los
hermanos García, Albino y Francisco, en su infancia, el Conservatorio lanzó una
convocatoria y se escogieron a dos niños con voz muy agradable, pero sólo uno
iba a cantar y no sabían a quién elegir. Guillermo Diego viendo este apuro,
dijo: “que canten los dos”. En ese momento se puso a componer lo que va a
cantar el otro. Hoy es una de las partes que van a llamar la atención del
público. Los niños son Javier Ríos y Héctor Miranda, uno de familia de músicos
y el otro sin ningún antecedente de artista. “No son alumnos del Conservatorio,
pero ya se inscribieron para entrar el próximo semestre”, comentó Aurora
Cárdenas.
El padre Alejandro Montes sacó a relucir la Canción de Cuna.
Expresó, hasta con ademanes emotivos, la ternura que le causa escucharla. Es
una canción escrita en purépecha. Cuando se la entregaron, por intervención de
Arturo Calderón, miembro del patronato, quien tiene parientes en Michoacán,
Guillermo exclamó: “¡oh! ¡Ahora qué voy a hacer con esto!”. Surgió de su
inspiración una melodía agradable, tranquila, tierna, que entonan los coros.
Aurora Cárdenas, directora del Conservatorio y de todo el
proyecto de la ópera, ha escuchado la obra en muchas ocasiones, desde los
primeros ensayos, hasta la obra completa; sin embargo, no deja de
impresionarle, hasta las lágrimas, dos intervenciones de Miguel Hidalgo: una,
la arenga cuando decide encabezar el movimiento libertario; la otra, cuando
entra a la Alhóndiga: a Hidalgo le estremece todo lo sucedido, le conmueve la
muerte de Filemón, el más joven de sus seguidores, y le hace reflexionar ante
tanta barbarie; ahí canta: “Lágrimas por un Valente”. “Su mensaje es muy
profundo, se me enchina la piel”, enfatiza con emoción la directora.
También es una muy buena intervención -agregó Cárdenas-
la del personaje antagónico, Felipe Suasnábar, interpretado por el tenor Rubén
Barrera (director del coro), acérrimo enemigo y detractor de Tresguerras. Él es
quien cuestiona la legalidad del título de arquitecto y critica que le hayan
encargado la construcción del templo del Carmen, “si ni arquitecto es”. Le organiza
un juicio, que se llevó a cabo en Celaya, por ejercer la profesión sin título y
por ser simpatizante de los alzados.
![]() |
Cárdenas, Rébora, Diego y Cázares |
“Platicaba con el director de la orquesta, Jesús Almanza
–comenta Guillermo en un receso-, le decía en la mañana: “esto es de
vanguardia, porque nadie está haciendo en México, lo que se está haciendo aquí”.
Va a llamar la atención. Está bien hacer lo que hacen todos, interpretar las
grandes óperas, como Carmen, La Traviata o Rigoleto, pero es mejor proponer y
crear temas nuestros”.
A este comentario se sumó Gerardo Cázares, director de la
SISMAC, y responsable de la logística de la ópera, quien destacó la riqueza
cultural e histórica que tiene la ciudad, el estado y el país, que darían pie a
una lista interminable de óperas, y muy buenas.
De acuerdo a la labor que desempeña, todavía este viernes
y sábado iba a ser el intento de meter a escena un caballo para la entrada de
Hidalgo a Celaya, “todo depende de cómo se comporte ante el ruido y la gente”,
dijo. Lo que sí consiguieron fue una cama antigua de latón, muy llamativa.
Tal parece que el más enamorado del proyecto es Guillermo
Diego. Él fue quien insistió que se retomara, cuando ya había quedado en el olvido
por Gustavo Rébora, pues su ilusión era que se hubiese estrenado en el
Bicentenario de la Independencia.
No obstante, Rébora no se queda atrás, pues tan pronto le
comentaron que Guillermo Diego se había comunicado al Conservatorio para
insistir en que se hiciera la ópera, dispuso todo, hasta de su casa y de sus
recursos, para ponerse a trabajar con Guillermo por cerca de dos años.
Guillermo Diego se involucró en el proyecto por el
director de la orquesta, Jesús Almanza, quien lo presentó con la directora del Conservatorio y con
Gustavo Rébora, precisamente para el proyecto del Bicentenario. Eloos se
conocen desde hace tiempo.
LA PUESTA EN ESCENA
![]() |
César Piña, director de escena, y equipo de trabajo. |
El apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes, de donde
procede el director de escena, el maestro César Piña, ha sido decisivo para la
puesta en escena de la obra. A César Piña, guanajuatense, lo acompañan dos
personas especialistas en su labor artística: Eleonara Valázquez, coordinadora
de Producción, y Tehuitli López, de Traspunte.
Luego de realizar su proyecto inicial y tratar de
seguirlo “al pie de la letra”, en cada escena hacen apuntes y correcciones,
ubican a los artistas en su sitio y hacen cambios sobre la marcha, las
ambientaciones, las luces, todo bien cuidado.
Para la inauguración del templo del Carmen, por ejemplo,
era una escena muy sobria, se requería de mayor solemnidad. César Piña
introdujo la presencia de un obispo, sacerdotes y acólitos. Se consiguieron a
los personajes, el padre Montes llevó al obispo y los utensilios, y se ajustó la
ceremonia al esplendor de una gran fiesta religiosa. Gustavo Rébora vio la
ocasión de rescatar la presencia de los principales hacendados de la región,
que había dejado en tintero, y ahí los metió al frente, como los invitados
principales.
Jesús Almanza, director de la Orquesta Sinfónica Juvenil "Silvestre Revueltas" del Conservatorio de Música y Artes de Celaya. |
Dirigir 250 actores, no es nada sencillo. La mayoría son
jóvenes inquietos, con ganas de destacar y hacer mejor su papel, pero las jornadas
de ensayos son agotadoras; los jóvenes se distraen, no entran a tiempo y ahí
está el director Jesús Almanza parando la orquesta, haciendo observaciones y
repitiendo la escena hasta que se ajusta a la perfección. En el fusilamiento de
Hidalgo, primero cayó el muerto y después se escuchó la descarga del pelotón… y
al mismo tiempo la risa de los presentes por tal jocosa escena. Menos mal que
fue en el ensayo.
De los 250 artistas que participan en la ópera, sólo dos
son invitados, el tenor Fabián Rodríguez, y el barítono Jorge Rubalcaba, ellos
vienen de la Escuela Superior de Música de México. Además, se cuenta con la intervención
del Ballet Folclórico del Instituto Tecnológico de Celaya, de reconocido
prestigio en el país, que interpretarán un baile de la colonia y la danza de
“Los Concheros” en dos ocasiones, la primera en una celebración típica de
aquella época: las fiestas de la Santa Cruz en San José de Los Amoles
(Cortazar); y la segunda, en la procesión de la Patrona de Celaya, donde
participa Don Nacho, papá de Albino García, encontrándose con Tresguerras, a
quien había prometido participar en la danza, si él juntaba los restos de su
hijo para darles cristina sepultura. Los dos cumplieron.
UNA OBRA PARA LA JUVENTUD
![]() |
Orquesta y coros del Conservatorio de Música y Artes de Celaya en el Festival Internacional Cervantino. |
El Conservatorio de Música y Artes de Celaya es una obra
de esfuerzos y sacrificios por los jóvenes: un sueño del padre Alejandro Montes
y del primer obispo de Celaya, Don Victorino Alvarez Tena, quien lo apoyó para
salir a diversas partes a tomar cursos de música, con la mira puesta en crear
una escuela de música para jóvenes. El padre Montes estudió música desde los
seis años, es su pasión.
A la muerte de Don Victorino, el proyecto de la escuela
de música empezó a tener resistencias y detractores. Se quedó como en el olvido
unos años, pero a fines de los ochenta del siglo pasado, decidió impulsarlo
nuevamente.
La filosofía del proyecto, para que tuviera éxito y
permanencia, fue siempre incluir a la sociedad y al gobierno, comentó el padre
Montes al presenciar uno de los ensayos, donde todos los participantes le
reconocen su trabajo y los jóvenes mantienen una relación muy estrecha con él.
“Los jóvenes lo quieren mucho”, acentúa Gustavo Rébora.
En plática ocasional de hace dos o tres años, cuando el
padre Montes recibió el Reconocimiento al Mérito Ciudadano, el doctor Salvador
Guerra Jiménez, presidente del Seminario de Cultura en Celaya, y uno los
invitados cuando esto iniciaba, recordaba que el padre había tenido muchos
problemas para iniciar el Conservatorio. En una de esas reuniones, un personaje
reconocido en la ciudad se acercó a él y le dijo: “No le hagan caso, este padre
está loco”. En ese tiempo no hubo ningún comentario, sólo años después se
conoció este hecho como algo anecdótico. Hoy está reconfirmado, así pasó.
Contra desarmonías y notas a contratiempos, el
Conservatorio de Música y Artes de Celaya inició sus actividades en 1991, con
el propósito de dar oportunidad a los jóvenes de formarse como músicos profesionales.
Siempre con objetivos muy elevados para ir creciendo cada día más alto; para
ello se escogió a una plantilla de maestros de amplio reconocimiento nacional e
internacional.
A 20 años de distancia, con los logros y reconocimientos
alcanzados, con músicos que han ganado competencias internacionales, el
Conservatorio es uno de los más importantes del país. Está cimentado en las dos
partes de su filosofía: apertura a la sociedad y al gobierno.
La sociedad participa a través del patronato, que hoy
preside Don Ernesto Usabiaga Reynoso, y el gobierno, a través de las
autoridades municipales, estatales y federales, principalmente del INBA y de
los legisladores, quienes han gestionado y canalizado recursos para obras,
equipamiento y becas para los estudiantes.
Los alumnos participan en conciertos, a través de varios
grupos de cámara, ensambles y la Orquesta Sinfónica Juvenil “Silvestre
Revueltas”. Los coros son invitados frecuentemente por orquestas sinfónicas del
país.
El Conservatorio, hoy cuenta con un Bachillerato Musical,
siete Licenciaturas, un Diplomado y Educación Infantil; tiene reconocimiento y
validez oficial de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG).
Por todo ello, no existe mejor institución que el
Conservatorio de Música y Artes de Celaya para interpretar la primera obra
operística compuesta y producida en Guanajuato, en honor de un gran
guanajuatense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario